jueves, octubre 20, 2005

Out of exile (Audioslave) -2005-

Segundo trabajo discográfico de Audioslave, el “supergrupo” formado por los veteranos Chris Cornell (vocalista de Soundgarden), Tom Morello, Tim Commerford y Brad Wilk (guitarra, bajo y batería respectivamente de Rage Against the Machine). La voz y letras de uno de los grupos pioneros del movimiento grunge de Seattle, y la guitarra y base rítmica de una de las bandas más contundentes y revolucionarias del panorama musical americano, vuelven a unirse para consolidarse como uno de los proyectos musicales más importantes de los nacidos en esta década.

Es evidente que ni Soundgarden ni Rage Against the Machine eran bandas del montón y que, cada una a su manera y en su estilo, ambas tenían un sonido inconfundible y característico. Tanto Soundgarden como Rage Against the Machine, eran de esas pocas bandas que no suenan a nada sino a sí mismas. ¿A qué suena entonces Audioslave? Es curioso pero suenan tanto a Soundgarden como a Rage Aganist the Machine. Hay temas que empiezan sonando tanto a Rage Against the Machine que esperas que en cualquier momento aparezca la voz de Zack de la Rocha cagándose en los muertos de alguien. Pero no, de repente da un giro la canción y es Chris Cornell quien, con su entre agónica y enrabiada voz, comienza a cantar. Hay otras que suenan tanto a Soundgarden que esperas otro tipo de solos de guitarra diferentes a esos “scratchings” guitarreros tan propios de Tom Morello. Cualquiera que lea esto y no haya escuchado ninguno de sus discos puede llegar a pensar que Audioslave, más que una banda de rock, es una olla de grillos en la que hay una mezcla de estilos, melodías, ritmos y ruidos con los que uno puede acabar volviéndose loco. Nada más lejos de la realidad. Es todo tan natural y suenan tan sumamente compenetrados que parece que los miembros de Audioslave hayan estado toda la vida tocando juntos.

Centrándonos “Out of exile”, decir que, sin llegar a sonar ligero ni comercial, no es un disco tan crudo como “Audioslave”, su anterior trabajo. El paso del tiempo y las largas giras de conciertos han conseguido solidificar el sonido del grupo y fijar mucho más las dos piezas fundamentales de las que se compone, sonando todo mucho más homogéneo. Aunque hayan sido tildados de artificiales y postizos, el que escribe esto encuentra del todo admirable que, tanto un cantante como una banda de músicos al completo, se adapten con tan buen resultado a un estilo musical que no es propiamente el suyo. Temas como “Your time has come”, “Be yourself”, “Doesn’t remind me”, “Man or animal” o “Dandelion”, son una clara muestra de su enorme grado de compenetración. "Out of exile" es una magnífica combinación de melancolía y agresividad perfectamente mezcladas.

Al contrario que otros grupos creados a partir de la fusión de varias bandas, Audioslave no pretenden romper con el pasado ni que la gente deje de relacionarlos con sus anteriores formaciones. Son conscientes de la importancia y repercusión que Rage Against the Machine y Soundgarden tuvieron hace unos años; y de que si hoy por hoy son conocidos, venden discos y la gente va a sus conciertos, es porque antes pertenecieron a sus anteriores bandas. Por esta razón no es de extrañar que en sus conciertos hagan versiones de temas tan emblemáticos como “Killing in the name” o “Black hole sun”.

Visto el gran éxito que está teniendo el grupo, el volumen de ventas de sus dos trabajos discográficos publicados hasta el momento y los llenazos en la gira de promoción de “Out of exile” (a pesar del precio de las entradas), me da la sensación que tenemos Audioslave para rato. Id despidiéndoos de Soundgarden y de Rage Against the Machine.

Rubén (El Artista Multimedia del Bajo Aragón)

jueves, octubre 13, 2005

667, The neighbor of the beast (Wig Wam) -2004-

Cuando parecía que el glam-rock era un fenómeno musical que formaba parte del pasado, que estaba muerto, enterrado, en estado de putrefacción y totalmente pasado de rosca; de repente suceden una serie de acontecimientos que hacen cambiar esta situación: Desde el corazón de Inglaterra, The Darkness, una banda que ya llevaba varios años versionando a Queen por todos los clubs del Reino Unido, saltan al estrellato. Grupos como Mötley Cruë, Hanoi Rocks, Alice Cooper o W.A.S.P. salen de sus respectivos sarcófagos para recorrerse los escenarios de medio mundo. Europe publican un “Greatest Hits” y lo promocionan en directo. Y lo más asombroso de todo, Noruega se presenta al Festival de Eurovisión con Wig Wam, una banda fiel a todos los patrones estéticos y musicales del susodicho estilo.

A pesar de su definitivo noveno puesto en el Festival de Eurovisión, estos cuatro noruegos “llamados” Glam, Teeny, Flash y Sporty, no pasaron inadvertidos ni en el festival ni durante la previa promoción del tema con el que iban a representar a su país. Ataviados con la indumentaria clásica de todo buen glam-rockero que se precie (botas de plataforma, lentejuelas, plumas, mallas metalizadas, laca y maquillaje, mucho maquillaje), Wig Wam defendieron su tema “In my dreams” en un más que digno “singback” (voces en directo sobre música pregrabada), tema al cual le fue extirpado el solo de guitarra para reducir su duración. Semejante escaparate no sólo sirvió al grupo para encabezar las listas de ventas de todos los países escandinavos con su single “In my dreams”, sino también para darse a conocer en el resto de Europa. Wig Wam empezaron a salir en televisión y en revistas especializadas, de manera que todos los amantes del hard rock nos interesamos por ellos y por su carrera discográfica. No ganaron, pero el “Planet Wig Wam” acababa de nacer. Por cierto, España sólo les dio dos puntos, algo normal viendo la representación que llevamos nosotros...

Antes de la edición de su single “In my dreams”, Wig Wam ya habían publicado “667, the neighbour of the beast”, un álbum de hard rock rematadamente comercial, con unos temas de estribillos hiperpegadizos que parecen ideados para ser coreados por el público en los conciertos. Escuchado el disco se pueden intuir por donde pueden ir los tiros de sus influencias: los primeros Bon Jovi, Kiss y, aunque ellos lo nieguen, The Darkness.

“667, the neighbour of the beast” es un álbum con una producción un tanto extraña, la cual corre a cargo de Teeny, guitarrista del grupo. Empieza con una especie de sermón diabólico parodiando u homenajeando (quién sabe) a Iron Maiden en su “The number of the beast”, y a partir de ahí, tan pronto podemos escuchar temas de estudio, como temas con sonido de público enlatado, como temas en acústico, como temas en directo real con un solo de guitarra aislado del propio Teeny. No sé si será la forma de trabajar de los noruegos pero parece fruto de la falta de experiencia. Además, al margen de la voz, guitarra, bajo y batería, el sintetizador y los efectos digitales tienen un peso importante en el sonido del grupo. De entre todos los temas del álbum yo destacaría “I turn to you”, una magnífica versión del tema de Mel C (la ex-Spice Girl).

Es una incógnita si Wig Wam saldrán alguna vez de los países escandinavos. Es una incógnita si Wig Wam es un producto de marketing generado para explotar la repercusión de Eurovisión en todos aquellos países. Es una incógnita si Wig Wam es simplemente un nuevo proyecto de Glam (el polifacético vocalista del grupo), el cual ha sido actor y cantante en musicales como “Hair”, ha publicado un disco en solitario, ha trabajado en televisión, e incluso ha diseñado la portada del disco. Todo es una incógnita en Wig Wam, pero mientras todas ellas se despejan, la única realidad es que ahí está “667, the neighbour of the beast” y que tienen otro disco cociéndose en el estudio, por lo tanto disfrutemos del “Planet Wig Wam” mientras podamos.

Rubén (El Artista Multimedia del Bajo Aragón)

jueves, octubre 06, 2005

River (Izzy Stradlin') -2002-

Cuarto disco de estudio de la carrera en solitario de Izzy Stradlin’, el que fuera co–fundador, guitarrista rítmico y compositor de la banda de rock más grande de todos los tiempos: Guns N’ Roses.

Siguiendo el camino musical iniciado en 1992 con su álbum de debut “Izzy Stradlin and the Juju Hounds” y mantenido en sus posteriores trabajos “117º” y “Ride on”, en “River” nos encontramos nuevamente ante un disco de rock clásico con toques sureños, donde se entremezclan ritmos reagge, líneas de guitarra acústica tocada con “bottleneck” y unos más que aceptables solos de guitarra eléctrica. Además, como ya sucediera en “Ride on” y en la mayoría de los temas de “117º”, el bajo ha sido grabado por Duff McKagan, el ex-Guns N’ Roses y actual Velvet Revolver.

Por lo que respecta a las cualidades vocales de Izzy Stradlin’, decir que lo suyo es escribir canciones más que cantarlas. De todas formas, ese tono de voz grave, roto y en ocasiones susurrante con el que ya se dio a conocer en temas como “Dust n’ bones”, “Double talkin’ jive”, “14 years” y tantos otros de “Use your illusion”, siempre queda bien en este estilo de música.

En cuanto a la guitarra, cualquiera que escuche el disco sin el libreto delante puede llegar a pensar que Izzy Stradlin’ fue un talento desaprovechado ejerciendo únicamente de guitarrista rítmico de un grupo desde 1986 hasta 1991. La guitarra solista que puede escucharse tanto en este disco como en todos los anteriores nada tiene que envidiar a las guitarras solistas de más de un grupo de fama reconocida (evidentemente no es el caso de Slash). La gran decepción viene cuando descubrimos que la guitarra principal no la toca Izzy sino un tal Rick Richards. En principio debería dar lo mismo mientras el resultado final sea óptimo, pero no cabe duda que muchos hubiéramos preferido que fuera el bueno de Izzy quien tocara tan bien.

Resumiendo, “River” es un disco correcto, de ese tipo de música que nunca pasa de moda, fácil de digerir para todo buen amante del rock and roll clásico americano, bastante alejado del estilo de Guns N’ Roses y algo corto de duración. A pesar del aprobado justillo que yo le daría a “River”, tengo que reconocer que jamás hubiera adquirido este disco ni escrito sobre él si su autor no fuera el mismo que el de “You could be mine” o “Don’t cry” entre otras. Es lo que tiene el haber pasado por grandes bandas, que hagas lo que hagas tu trabajo no pasa inadvertido por vulgar que sea.

Rubén (El Artista Multimedia del Bajo Aragón)